Hubo un tiempo en el que escribir era una necesidad absoluta, me sentía perdido y a la deriva.
Si bien contaba con mucha gente, las personas usualmente no somos buenos oyentes, para mí la real empatía no existe. Y no debido al egoísmo de la otra parte , tan solo debe a que no fue protagonista de los hechos.
Por eso es que al escribir sentía que yo mismo me escuchaba , que el tipo que sufría por alguna calentura adolescente o drama familiar inevitable , estaba a mi lado, en silencio, pero atento a cada palabra.
Hoy escribir se convirtió en un hábito. Y cada noche a estas horas de la madrugada me encuentro sentado en un balcón o junto a mi ventana computadora en mano,un cuaderno o incluso mi celular. Cualquier cosa es útil.
Ya no para canalizar el dolor ,sino más bien disfrutar de desentrañar sentimientos o viejas historias ,creas nuevas en fin distraerme del mundo a mi manera.
Toda esta introducción es necesaria para explicar como esta noche es distinta a todas.
Me encuentro sin rumbo.
Con un amor sin respuesta, la muerte de un amigo y un futuro incierto.
Y por alguna razón,no siento necesidad de escribir sobre ello.
La frase…”estoy viviendo una poesía que no puedo escribir”…hoy tiene más sentido que nunca.
Publicado desde WordPress para Android